La película de Netflix que tienes que ver sí o sí: es el clásico que conquista a todo el mundo
Un título indispensable para todos los amantes del celuloide.
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«Ya no se hacen películas como antes» es un adagio un tanto manido, pero es cierto que la actualidad del celuloide no invita a un excesivo positivismo en cuanto a la trascendencia futura de los continuos estrenos. Sobre todo porque quizás, la abundancia de los catálogos, el streaming y el algoritmo han terminado con la pureza clásica de la experiencia cinematográfica. Por suerte, la pluralidad de los contenidos dentro de las plataformas todavía tiene un espacio inquebrantable para las grandes obras. Siempre y cuando claro está, los suscriptores sigan acudiendo a ellas por la factura de su belleza. Por eso y dada la facilidad con la que estas «masterpieces» desaparecen de la noche a la mañana de la pequeña pantalla, mientras esté disponible no podemos dejar de recomendar la mejor película que Netflix tiene en su casi inabarcable carrusel de historias.
El título en cuestión es El paciente inglés, la gran ganadora de la 69ª Edición de los Premios Oscar. El filme dirigido por Anthony Minghella se impuso en la alfombra roja a la comercialidad taquillera de Jerry Maguire y del mismo modo, al humor negro de Fargo, cinta con la que los hermanos Coen sí lograrían el Oscar al Mejor guion original. Hoy, parece imposible encontrar grandes triunfadoras de la Academia que igualen o superen, la victoria aplastante de las nueve estatuillas conseguidas por el retrato romántico de Minghella. De hecho, las grandes ganadoras terminaron con Titanic, 11 Oscar en 1998 y con El señor de los anillos: El retorno del rey y sus también 11 galardones en la ceremonia de 2004. Pero más allá de los reconocimientos históricos, ¿qué convierte a El paciente inglés en la mejor película del catálogo de Netflix?
¿La mejor película de Netflix?
Los distinguidos logros de El paciente inglés no tendrían sentido sin el trabajo de Minghella tras las cámaras, quien además fue el encargado de adaptar la novela homónima de Michael Ondaatje aparte de asumir las labores de dirección. El guion fue de las pocas categorías en las que el largometraje no mereció la victoria para los académicos, junto a precisamente su reparto, donde la única actriz premiada fue Juliette Binoche.
La crítica fue unánime en su colección de elogios, los cuales iban mucho más allá de un positivismo normativo por su desarrollo. La prensa internacional la señaló como una propuesta inolvidable y por si esto fuera poco, igualmente la calificó de clásico instantáneo. La sensibiliza y belleza de su historia es ineludible, con unas interpretaciones y secuencias que podrían enamorar a la persona menos romántica del mundo.
¿De qué trata ‘El paciente inglés’?
La sinopsis oficial de El paciente inglés es la siguiente: «A finales de la Segunda Guerra Mundial, un hombre herido viaja en un convoy solitario por una carretera italiana, pero su estado es tan grave que tiene que quedarse en un monasterio deshabitado y semiderruido, donde se encarga de cuidarlo Hana, una enfermera canadiense. Aunque su cuerpo está totalmente quemado a consecuencia de un accidente sufrido en África, tiene todavía el ánimo para contarle a Hana la trágica historia de su vida».
Aparte de Binoche, el reparto principal del proyecto está compuesto por Ralph Fiennes, Kristin Scott Thomas, Willem Dafoe, Naveen Andrews y Colin Firth. Por derecho propio y visto el nivel de la gran mayoría de cintas disponibles en el terminal, El paciente inglés es la película de Netflix más especial. Un cine de época, con la categoría añadida de que para la escena británica audiovisual está considerada una de las mejores producciones de su industria.
Anthony Minghella: un artista del drama
El melodrama trágico del Conde László Almásy y Katherine Clifton hizo despegar la carrera de Minghella. El realizador anglosajón había debutado magistralmente con la comedia sobrenatural Truly, Madly, Deeply en 1990 y decepcionaría por las expectativas generadas tres años después por culpa de Un marido para mi mujer. Su pasión por el melodrama se retorcería en El talento de Mr. Ripley e instaría finalmente replicar el éxito conseguido con El paciente inglés en Cold Mountain. Minghella terminaría su carrera como cineasta con Breaking and Entering en 2006 y tan sólo dos años después, por culpa de unas complicaciones de su cirugía contra el cáncer de amígdalas y cuello que padecía.